miércoles, 14 de agosto de 2019

¿Y ahora qué?

Kristoffer Ajer, con cara de circunstancias, mientras los jugadores del Cluj celebran a sus espaldas.

Es difícil expresar en pocas palabras todo lo acontecido en la noche de ayer y sus consecuencias. Si bien no vamos a hacer un análisis del partido, aunque sí comentar algunos detalles puntuales, podemos sacar una gran serie de conclusiones. 

La primera de todas, es una debacle estrepitosa del Celtic. Quedar eliminado en casa, ante un equipo inferior como el CFR Cluj rumano (con todos los respetos para ellos, ya que, utilizando sus armas fueron capaces de eliminar al Celtic), encajando cuatro goles, y tras haber llegado a Celtic Park con un resultado favorable, es un auténtico desastre. Cuarta temporada de las últimas seis en la que el Celtic (y por ende un equipo escocés) no se clasifica para la UEFA Champions League, cuando en los anteriores quince años a ello solamente había faltado un equipo escocés en la Champions en dos ocasiones, habiendo incluso en varias dos equipos. 

A pesar de ello, no es el fútbol escocés, ni su caída, ni la actuación de equipos con mucho menos presupuesto que los Bhoys el causante de lo de anoche. Por el contrario, la culpa está en el propio Celtic.

Primeramente, cabe mirar al palco. La dirección de Peter Lawwell en los últimos años está siendo estrepitosa. La gente ya está muy harta de ver cómo desde el palco se prioriza, en vez de la opción que pueda generar más ilusión y/o mejores resultados deportivos, la opción más barata. Una y otra vez. Sabemos que el Celtic no puede competir en términos económicos con los equipos top de Europa, pero sí puede hacerlo con muchos otros. Pero no lo hace, no porque no pueda, sino porque, directamente, sus dirigentes no quieren ya que creen que con lo que les sirve para dominar en Escocia les llega para ser un buen equipo en Europa. Y no, no es así ni de lejos. El Celtic podría estar, seguro, a la altura de los Benfica o Ajax, o cerca de ellos, pero prefiere la opción cómoda y barata: dominar en Escocia gastando lo menos posible y ver qué se puede hacer en Europa mientras el señor Lawwell se llena los bolsillos con su sueldo fijo de más de un millón de libras al año  (reconocido en las cuentas oficiales del club) enriquecido por unos más importantes aún incentivos sacados de las cantidades por las que ha conseguido vender (y debilitar el equipo) a algunas de las figuras del equipo del East End de Glasgow en las últimas campañas. Ayer, cuando el Celtic estaba contra las cuerdas, la falta de inversión quedó más que patente. En el banquillo, para poder cambiar las cosas, además de Griffiths, estaban Lewis Morgan (descarte la temporada pasada, que se fue cedido al Sunderland) y Bayo (llegado de la liga eslovaca, que ha jugado dos partidos oficiales desde que llegó). Contra el Cluj debería bastar con lo que hay, pero, cuando las cosas se complican, el Celtic no tiene alternativas; lo que sí tiene, es un equipo mucho peor al de solamente un ar de temporadas. 

A continuación, Neil Lennon es otra persona a la que claramente apuntar. Cuando hablamos de la opción más barata, estamos definiendo la contratación de Neil Lennon, en las mismas duchas de Hampden Park tras haber ganado la pasada Scottish Cup, y tras haber fracasado en el intento de contratar a Rafa Benítez, lo cual suena ambicioso hasta que te das cuenta de que el sueldo que Lawwell le ofrecía era de tres millones, la mitad de lo que estaba cobrando en el Newcastle United. A partir de ahí, un entrenador que, una vez más, no ha dado la talla en Europa. Sencillamente, con el hecho de justificar el poner a Callum McGregor, mejor centrocampista del equipo, como lateral izquierdo, con un 'lo hicimos para que Ntcham tuviera hueco en el once, cuantos más jugadores técnicos, mejor' basta para ver que no es la persona adecuada para dirigir un barco al que, o cambia de rumbo pronto, o le pasará en breves uno de color azul que está yendo a mucha más velocidad. Además, encajar cuatro goles tras invertir doce millones de libras en tres jugadores para la defensa (dos de ellos, Bolingoli y Jullien, segundo fichaje más caro de la historia del club, ni jugaron) hace ver que, o falla Lennon a la hora de seleccionar jugadores, o falla el departamento de scouting. La incapacidad de reaccionar con el 2-1 o el 3-2 a favor, sin tocar nada para aguantar el resultado, fue algo sencillamente atroz. 

También la dirección deportiva es un aspecto a mirar. Muchísimos errores a la hora de fichar en los últimos años han causado que los Hoops tengan una plantilla muy larga y con muchos jugadores que no cuentan para nada y de los que es muy difícil deshacerse por sus salarios. Esta temporada, han llegado cuatro jugadores (Shved, Jullien, Bolingoli y Abd Elhamed) y solamente el último parece contar con la confianza del técnico. Algo falla. 

Pasando a dentro del campo, Scott Brown es el gran señalado y perjudicado en la noche de ayer. Tanto su fatal partido como su mano infantil dentro del área que seguramente costó la eliminación hacen que uno se plantee si lo mejor no hubiera sido que se hubiese ido a Australia cuando pudo y que el Celtic fichase a un muy necesario centrocampista de corte defensivo en su lugar. Scott Bain también es el otro gran señalado. A pesar de haber comenzado su andadura, anoche con errores muy serios a la hora de la verdad demostró también que, seguramente, no es un portero de garantías para noches así. Cinco años lleva el Celtic sin la necesaria seguridad bajo los palos que se necesita en partidos grandes, desde que un Fraser Forster que está en Southampton mirando las moscas abandonó el club. No estaría de más llamarlo. 

Tras este ridículo, el Celtic debe ahora afrontar una dura eliminatoria, previsiblemente contra el AIK, campeón sueco, para estar en la fase de grupos de Europa League. ¿Ilusión? Ninguna, todos sabemos que el Celtic, que debería ser un primer espada en este torneo, será una mera comparsa cuyo único objetivo será pasar de la fase de grupos. Lo de siempre, por lo de siempre, por culpa de los de siempre. También estará muy caro el ganar a nivel doméstico, ya que Rangers SÍ tiene esta temporada equipo para pelear de tú a tú y parar el ten in a row que tan cerca se veía hace solamente unos meses y que cada día parece estar más cuesta arriba. Eso sí, lleguen los cambios y los refuerzos que el club necesita, aquí estaremos, siempre.

jueves, 8 de agosto de 2019

Pittodrie necesita volver a sentirse grande

Sam Cosgrove está siendo la referencia en ataque del conjunto de Grampian.


El Aberdeen afronta esta nueva temporada con la marcha de uno de sus mejores jugadores y ex capitán del equipo, Graeme Shinnie, al Derby County. A esta baja tan importante hay que sumarle la de Gary Mackay-Steven que ha puesto rumbo a la MLS. El Aberdeen ha comenzado esta Premiership 2018/2019 bastante rodado, ya que ha tenido que pasar dos previas de Europa League en el mes de julio contra equipos, a priori bastante inferiores a los Dons. Derek McInnes parece que tiene claro el volver al 4-2-3-1 de las últimas temporadas. Aunque en las anteriores previas de la UEL, el técnico escocés, ha salido con un 4-3-3, con un único pivote y dos interiores un poco más abiertos y con total libertad de movimientos. Lo positivo de todo esto ha sido el buen arranque de temporada que ha hecho el nuevo fichaje, Funso Ojo, procedente del Scunthorpe que ha llamado la atención desde el primer momento, pero sobre todo en la eliminatoria ante el Chikhura croata, donde fue uno de los más destacados del equipo. Poder juntar a Ojo y Bryson en la sala de máquinas puede ser positivo para Lewis Ferguson, que necesita esa libertad de movimientos y ese recorrido en el césped para poder mostrar todo su potencial tanto en ataque como en defensa. Otro de los aspectos más importantes en este inicio de temporada ha sido la racha goleadora de Sam Cosgrove. Ha metido gol en los últimos cinco partidos que ha disputado el Aberdeen, incluyendo un hat-trick y un doblete en los dos últimos partidos en tres días. En cuanto a la defensa, todo parece que va a seguir igual, aunque hoy jueves podría tener lugar la salida de Scott McKenna, a pesar de que parece poco probable.

Entrar en Europa sería algo soñado, tanto para los Dons como para el fútbol escocés, y es que, el sorteo ha sido bastante beneficioso para el Aberdeen. En primer lugar, se encontrarán esta semana y la que viene contra el Rijeka croata, que ha disputado las últimas fases de grupos de la Europa League, llegando incluso a empatar en San Siro, pero que ya les eliminaron en 2015. Y la última eliminatoria sería contra el AEK Larnaca o contra el Gent, que lo más probable es que sea contra el conjunto belga. 

No sabemos lo que terminará deparando en el Pittodrie, lo que sí sabemos es que otro año más, nos vamos a divertir bastante con el conjunto de Derek.